En Portugal, hablar de “talha” o ánfora nos remite inmediatamente a la región del Alentejo, aunque ya empiezan a surgir experiencias en otras regiones del país.
El proceso de vinificación de un vino Talha es muy simple y fue implementado por los romanos hace más de dos mil años. En la región de Alentejo, la técnica se ha conservado hasta nuestros días y se ha transmitido de generación en generación, de forma casi inmutable.
Las uvas previamente trituradas (con algunos raspones) se colocan dentro de vasijas de barro (talhas) y la fermentación se produce espontáneamente.
Durante la fermentación, los hollejos de la uva suben a la superficie y forman una capa sólida, por lo que es necesario volver a colocarlos en el fondo con una espátula de madera.
Los vinos de Talha son generalmente muy aromáticos y de estructura sencilla, lo que refleja bien el proceso de vinificación. Pueden ser blancos, rojos o petroleiros; los blancos siempre tendrán un color amarillo dorado y los tintos tendrán un color rubí abierto, no muy pronunciado. “Petroleiros” mezcla de uvas blancas y tintas.
Mire nuestra sugerencia de hoy, destacando los tradicionales José Piteira y Vidigueira, con precios muy atractivos, o los nuevos vinos Esporão talha.
El vino Talha es, pues, un producto único, sublime representante de la milenaria cultura del vino en el Alentejo.
